La humanidad es el claro ejemplo de la imperfección. A veces somos odiosos. Somos seres crueles, disfrutamos viendo sufrir a otros. Somos egocéntricos y egoístas, sólo nos preocupamos de nosotros mismos, ¡a los demás que les den! Somos envidiosos y caprichosos, queremos lo que no tenemos y cuando lo tenemos no lo sabemos valorar. Todo nos parece poco. Siempre queremos más y más. Somos celosos, nos creemos que las personas nos pertenecen y cada uno es libre de hacer y ser lo que le de la gana. Somos hipócritas, no nos atrevemos a decir la verdad, porque la mentira es más fácil. Y nos enfadamos cuando nos dicen una verdad que duele, ¡sí! Somos vagos, moverse ya es trabajar. Todo nos da palo. Somos racistas, la cual cosa significa que presumimos de nuestro ser, tanto que no aceptamos que otros sean distintos. Todos somos iguales y diferentes a la vez. Algunos maltratamos aunque no nos demos cuenta. Otros hacemos daño psicológicamente. Pero a todos nos atrae el lado oscuro, lo que no está bien visto, y tarde o temprano acabamos cayendo en ese vicio.
También están los que buscan ser perfectos, pero se olvidan de una simple y profunda realidad: la perfección no existe.
La humanidad es complicada, realmente complicada. Todos somos asquerosamente humanos, pero si no fuésemos así no habría vida en el planeta que ahora pisamos.
Sé el cambio que quieras ver en el mundo. Empieza cambiándote a ti cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario